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13/1/2008 DIARIO UNO
(Show)

Mucho más que La Costerita

Rubén del Solar trascendió como coautor de la popular canción con letra de Julio Migno, pero su carrera comprende más de tres décadas de trabajo en la canción, la composición y la investigación musicológica.

Ignacio Andrés Amarillo
stiow@unosantafe.com.ar

Rubén del Solares un músico, compositor e investigador santafesino, con más de 30 años de trayectoria. Sin embargo, su entrada al imaginario popular se dio de la mano de Julio Migno, cuando entre los dos le dieron forma al célebre valsecito La Costerita.
Ése fue el punto de partida del diálogo que Show mantuvo con el artista, para empezar a desgranar recuerdos, vivencias y logros.

Usted es el autor de la Costera...

Sí... Yo digo sí, porque me han encasillado exclusivamente en eso.

Es un tema muy popular...

Bueno, tan popular es que lo ha grabado un coro en Austria: vinieron e hicimos una gira por toda la Argentina. Ahora me invitan a viajar allá, posiblemente para fines de mayo, primeros días de junio vaya allá a

hacer una serie de recitales. Y hace poco me comentó el profesor Hugo Ifrán que la grabó un coro en Bulgaria.

¿Cómo se dio el contacto con los austríacos?

Porque hay algunos argentinos, algunos estadounidenses que la conocen, y ellos hacen específicamente música latinoamericana, no europea; han incluido cosas venezolanas, cosas colombianas, y dentro de eso incluyeron este tema.

Hace poco estuve en Casa España...

Sí, en el espectáculo de Néstor Ausqui.

Claro, estuve en la segunda parte, y actuó un trío de saxos. Las chicas, tres saxofonistas, me vinieron a hablar porque quieren la partitura para hacer un arreglo. Entonces claro: yo a veces digo "pucha", pero también es la llave que me abre todas las puertas, no solamente acá sino también en otros países: he estado en Colombia, en Paraguay, me declararon huésped de honor. Lo llamativo es que la conocen todos, no es que la canto yo y la gente mira: la gente canta conmigo, no solamente acá sino en los otros países. No puedo salir de eso. Yme dice el otro día un músico conocido: "No tenés que renegar.

¿Vos crees que si viniera el autor de Merceditas no la cantaría?"

La tendría que cantar obligatoriamente toda su vida, como Gardel tendría que cantar El Día que me Quieras.

Y si no, ¡a gente se la pediría. –

Yo estuve en el Festival de Guadalupe con Los Nocheros. Pisé el escenario y una señora de la platea gritó" ¡ La Costerita!". Antes de que me siente. De alguna forma estoy después de casi 30 años empezando a aceptar que es así. Pero hay muchas cosas más.

Yo voy a Buenos Aires, me invitan a la Feria del Libro, donde fui tres veces y di tres recitales en la Sala Roberto Arlt. Y me encuentro con que editan un Diccionario del Quehacer Folklórico Argentino, donde está Falú, Dávalos, todos los grandes. Parece que yo soy grande también (risas), y me dedicaron bastante.

Ahora recibo un mail de Radio Raíces: "Nos gustaría tener su música en la discoteca, y contactarnos para hacer una nota con usted". En Buenos Aires, yo no sé quiénes son esta gente. Ya hablé con ellos, pero evidentemente me conocen.
He tocado con Rodolfo Mederos, que fue bandoneonista de Pugliese y de Piazzolla, y con este no toca cualquiera. Toqué y grabé inclusive con él.

Usted es egresado del Instituto Superior de Música, pero seguramente comenzó mucho antes. ¿Cómo fueron los inicios?

Yo vivía en La Gallareta, un pueblo forestal, todos guitarreros. Y en aquel momento, yo que tengo ya unos años, la guitarra era "cosa de negros". Pero en ese momento mi padre, que era presidente de un club muy chico en aquel momento (hay que ubicarse en ese tiempo)lo llevó a Eduardo Falú. Yo tenía 11años, lo vi tocar a Falú, ya me gustaba la guitarra, y marcó toda una generación: yo creo que todos los de mi edad están marcados por Eduardo Falú.

A partir de ahí empecé a sacar de oído cosas hasta que me encontré limitado: "uno no conoce de armonía, no conoce de contrapunto, arreglos. Vamos a estudiar". Y así salimos del Instituto Superior de Música. Pero yo me sigo volcando a lo popular, que es lo que me gusta. La música la enriquezco con los conocimientos que uno adquiere ahí.
Ahí empieza un poco mi carrera, lo conozco a Julio Migno, en forma accidental: fui a una peña donde se comía, me hizo cantar alguien que sabía que yo cantaba, y en otra mesa estaba Migno. Entonces el me llama a la mesa, me dice "vení, así te sentás con nosotros".

En esa mesa estaba Juancito Arancio, dibujante. Estuvimos esa noche ahí, después me invitó a su casa, y un día que el vino a mi casa paterna, nos pusimos a tomar mate y a guitarrear, y ahí a él se le ocurrió esto de La Costerita, y ahí nomás se hizo, de un soplo. Y él dijo una cosa en ese momento (el me llevaba muchos años, yo lo trataba como "el viejo Migno") a mis padres: "Mire señora, hicimos con su hijo algo que va a quedar para siempre". Y pensé "este viejo está loco". Y veo que pasaron 30 años y la profecía está recontra cumplida, porque ya se ha grabado en muchos países.

Yo habré tenido 23,24 años, y a Migno yo le decía viejo pero habrá tenido 55, me doblaba en edad. Y no le erró: hoy se canta en todos los colegios, han pasado dos o tres generaciones que la cantan; estuve en la Casa de Santa Fe, que me llevaron a hacer un recital en la sala Hugo del Carril, y llevaron dos escuelas. Estaban todos sentados en el piso, eran cerca de 1.000 pibes, había juntado los turnos de mañana y tarde. Y me pasó lo mismo: cuando entro me dice un porteñito: "¿Va a cantar La Costerita?". Yo lo fiché. Cuando terminé de actuar le dije "Vení. ¿Cómo conoces vos esto?". "Porque mi papá la toca en la guitarra". El papá, que vive en Vicente López, que es un porteño, la tocaba en la guitarra, y ya la sabía el pibe de siete años.
Son anécdotas de todo esto lo importante es toda mi carrera, que desgraciadamente acá en Santa Fe no es conocida. Por ejemplo, yo estuve en Francia, invitado por la Alianza Francesa.

¿Porqué cree que acá no se difunde su obra?

Sinceramente no lo sé. Estuve en el último Festival de Baradero, compartiendo el escenario (que es un privilegio) con Mariano Mores, una gloria. Y sin embargo esta fue la primera vez que me llaman del Festival de Guadalupe. No lo sé, y si tuviera que buscarle una explicación no la encuentro.

¿Qué pasa con los organizadores de los festivales?

Pienso que los medios tienen una tarea muy importante, en la difusión de las cosas: yo hace poco toqué en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno y me hicieron una buena nota. Eso se ve, y la gente de otros medios dicen: "Mira este tipo. A ver cómo lo podemos encontrar, es de acá". No lo digo conmigo, sino con muchos creadores. Decía que me mandaron un mail de Buenos Aires, y de acá no. En la Feria del Libro me transmitieron por la Red Nacional de Presidencia de la Nación la actuación.
Otra cosa importante que me ha pasado: hay dos personas en la Argentina que tocaron con la guitarra de San Martín: yo lo tengo grabado a ese concierto. Yo me enteré a través de un diario que un coleccionista de guitarras tiene muchas guitarras famosas, y entre ellas la de San Martín: un espectáculo, del año 1730. Di un recital y después acá lo pasaron por LT9, Pipy Rivero lo pasó, fue un 17 de agosto.

Yo mandé una carta, le dije que era egresado del Instituto de Música, para que supiera quién iba a tener la guitarra. Entonces fui y di un recital en un museo privado, al lado vive Félix Luna. En el 68 tocó un guitarrista, y yo en el 97: las únicas dos personas que tocaron con esa guitarra.
Yo también me dedico a la investigación folklórica: en el año 98 la Febac, comisión de cultura del Mercosur, organizó un certamen indagando en la cultura regional: yo tuve primer premio; viajé a Encarnación, en Paraguay, me lo dieron allá.

Esa tarea suya no es tan conocida...

Yo me dedico a lo que es el origen de los ritmos americanos: cómo se producen los ritmos americanos. Porque los ritmos no nacen de hoy. El único ritmo que está reconocido es la guarania, como algo realmente creado, no como que viene derivado de otro. Porque el tango empezó con la habanera, la parte cubana, después en las orillas de Buenos Aires, hasta que llega casi a la evolución máxima con Piazzolla: hace toda una metamorfosis.
La zamba lo mismo: viene la zamacueca, pasa por Chile... Son derivaciones de otros ritmos. Incluso la teoría mía, compartida con otro musicólogo, es que el chámame tiene un origen hispano: los correntinos casi me quieren liquidar (risas). Pero el embrión la semilla, está todo documentado en el trabajo. El zapateo viene del fandango. Yo no digo que el chámame nació allá: después el paisaje la geografía se acomoda acá.

No es que lo inventaron los guaraníes, como dicen algunos...

Hay por ejemplo versos que hace 400 años son coplas populares en Huélva, en España, y son los mismos que están en Corrientes hoy. Vos tomas la ruta de los conquistadores: Puerto de Cádiz, Perú, el Paraguay y el Virreinato acá. Y ahí están los versos. Incluso hay melodías de chámame, como La Llorona, que es exactamente igual a algo que se canta en Lima. La música siguió ese trayecto. Por supuesto que después encuentra su ámbito, su desarrollo, en Corrientes: eso es innegable, por su geografía, por su paisaje, las costumbres, se desarrolla en ese lugar y adquiere toda su dimensión, y el chámame es correntino.
Musicalmente ahora voy a editar un CD, que ya está terminado, y uno de los músicos que vino a grabar es Fandermole.

¿Dónde grabaron ?

En el estudio de Marcelo Cornut. —Aparte ahora Fandermole con la Oración del Remanso tiene su propio hit que lo excede.

Ése grabamos, es muy lindo. Otra cosa importante: hice muy buena relación con unos músicos uruguayos que eran los guitarristas que acompañaban a Alfredo Zitarrosa. Con ellos grabé cuatro temas en Montevideo; más que acompañantes de guitarra son amigos: cuando voy allá voy a la casa, ellos van a venir a la presentación. Yo voy cada tres o cuatro meses a Montevideo; soy solista de guitarra y de canto, pero cuando voy allá está la orquesta de ellos atrás.
Y tengo el privilegio (porque seguro muchos músicos me envidian) de que el que grabó fue prácticamente el que le enseñó a tocar la guitarra a Zitarrosa que es Nelson Olivera. Ése fue músico de Roberto Goyeneche, muchos años tocó con él, tocó con Roberto Grela; y fue el que grabó Doña Soledad; El Violín de Becho, todos los clásicos de Zitarrosa. A Zamba por Vos le hicieron la introducción igual, cosa que yo no quería, pero ellos tocan así (risas).

Ese CD está terminado, lo único que me faltaba era grabar con Fandermole, que tenía problemas porque tenía muchas actuaciones, no podíamos coincidir, y no nos dieron los tiempos para poder presentarlo este año. Pienso que en marzo o abril vamos a estar largándolo.

 

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