La rica trayectoria de nuestro folclorista Rubén del Solar ha sumado una nueva satisfacción, en este caso, internacional: fue especialmente invitado al Festival de la Patria Grande que se realiza en Montevideo, que hasta el año pasado era la Semana Criolla y que ahora se amplió a todo el continente. "Por la afluencia de público, es el más importante de Latinoamérica", señala el autor, cantor y guitarrista nacido en La Gallareta.

En efecto, cada noche reúne hasta 30.000 personas, que se reparten en el inmenso Predio Rural de Montevideo, donde hay doma y jineteada y funcionan varios escenarios a la vez.

Rubén del Solar era el único argentino, salvando las figuras de gran popularidad que habían sido contratadas, como César Isella y Víctor Heredia. En su presentación, estuvo acompañado por dos integrantes del Cuarteto Zitarrosa, nada menos, que fue el resultado de un encuentro casual.

Mientras calentaba su instrumento antes de actuar, dos extraños se le acercaron con interés y se ofrecieron a acompañarlo.

-¿Quiénes son ustedes? -quiso saber Del Solar.

-Somos del Cuarteto Zitarrosa -respondieron, y se pusieron a ensayar con él en la escalera que lleva al escenario.

"Me siguieron en todo el repertorio", cuenta, y acaban de enviarle la grabación. "Si salió así de bien sin ensayo, vení a Montevideo y grabamos varios temas con más tiempo, para tu próximo disco, en nuestro propio estudio", le dijeron. Se trata de Nelson Olivera, fundador, primera guitarra y arreglador de Zitarrosa, y Luis Santana, guitarrista del grupo.

Había artistas de Perú, Bolivia, Brasil y otros países, y en ese marco nuestro representante interpretó temas de diversos autores, como Atahualpa Yupanqui; repertorio litoraleño y temas propios, entre los que incluyó "Costera, mi costerita", reproduciendo un fenómeno que ya no causa asombro. "El público la conocía y la cantaba", observa, refiriéndose a la obra que compuso con Julio Migno.

El propio autor se sorprende por la vigencia y difusión de esa "costerita" que ya anda por los treinta años, a pesar de su aparente simplicidad. "Yo mismo me sorprendo, pero acepto que cuando un tema resiste el paso del tiempo ya es un clásico", dice, contando que hasta ha cobrado derechos de autor de Costa Rica. Y esa misma "costerita" acaba de llegar a Viena, donde el santafesino Rubén Guarnaschelli la incluyó en el coro que dirige en Austria.

Este paso de Rubén del Solar por Montevideo fue premiado con una distinción que consiste en una pequeña guitarra de plata, honrando su participación.

La tarea artística de Rubén del Solar también incluye el aspecto de divulgación didáctica, que interesó a los organizadores de la Feria del Libro que, en pocos días más, se inaugura en Buenos Aires: lo escucharon el año pasado en un auditorio porteño y ahora fue invitado a ofrecer un recital el próximo día 25 en la sala Roberto Arlt de la feria.

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